segunda-feira, 28 de abril de 2008

ÁNGELA.


Estoy en la puerta de El Calabozo. Desde el día que se descubrió ante mi, este sitio ha quedado flotando en mi cabeza como el humo de un porro, espeso y embriagador. Y esa mujer que canta soul, con voz desgarrada, con su propia alma en el escenario, no se me va de los ojos, sigo mirándola cuando los cierro, me la imagino mientras estoy despierto y la sueño cuando consigo pegar ojo. Últimamente no duermo demasiado, supongo que no luzco mi mejor careto, pero eso podría cambiar con un par de copas que pienso beberme en cuanto suba las escaleras, me guía la música. Me siento como una rata en Hamelin.
Atravieso las cortinas y vuelvo al pasado, con la misma escena de días atrás, el local está incluso más lleno, la barra rebosa, no me hace gracia pelear por conseguir bebida, ya no tengo 15 años. El barman pone una copa tras otra. Por fin me ve y le pido un wisky doble, sin hielo, no creo que esperara a que se deshiciera. Me lo pone y lo tengo en la barriga en un minuto, quemándome la garganta y el estómago. Me pone otro inmediatamente, es un chico listo. Ya puedo concentrarme en la música, en la mujer que canta, en la atmósfera de este sitio. Paso la noche mirando y bebiendo, fumando un cigarrillo tras otro, apenas reparo en el tiempo, y el local va despejándose con el transcurso de las horas. Es tarde, siento al camarero apoyado en la barra, detrás de mi, y le miro, él sonríe y asiente, estamos pensando lo mismo, mirando lo mismo, a esa rubia embriagadora, de larga melena suelta sobre los hombros descubiertos por un vestido de encaje negro, que ciñe su silueta con riguroso lujo de detalles, hasta las rodillas. Está algo escasa de carnes, y sus ojeras aunque ocultas bajo el maquillaje, delatan su horario de trabajo, y quizá algo más. Pero es imposible no mirarla deseando no dejar de hacerlo ni un minuto, sobretodo a estas horas.
La noche ha terminado, la música se detiene, los últimos aplausos despiden a los músicos que desparecen tras las cortinas de uno de los corredores laterales, y yo siento que mis pies se mueven, y me llevan justo a ese lugar. Supongo que con el wisky que llevo encima no puedo ser dueño de mis pasos, o tal vez es lo que quería hacer desde que entré. Reconozco el perfume, oigo voces tras una puerta, un hombre y una mujer gritan al mismo tiempo, no consigo entender lo que dicen, la puerta se abre y el tío que tocaba la trompeta en el escenario sale dando un portazo, me mira con cara de asco y se va diciendo que me olvide, que Ángela es una zorra diabólica. Ángela. Me quedo aquí plantado en el pasillo, no sé ni que espero, ni que es lo que he venido a hacer. Pero no puedo moverme, y me quedo parado como un imbecil durante unos minutos. Me muevo, doy la vuelta y me voy por donde vine. Oigo de nuevo la puerta. Una voz que conozco me detiene, me pide un cigarrillo, creo que estoy sonriendo, me llevo la mano al bolsillo y saco el paquete que solo tiene uno. Ella lo mira y me ofrece compartirlo. Si no sonrío es porque no me lo creo.

11 comentários:

Jove Kovic disse...

Esto apuntaba a relato desde el principio, y no sabes lo que alegra. Así que seguiré leyendo.
Beijinhos, Rakel.

Anônimo disse...

Veo que te gusta el ambiente de cine negro. Y a mí tu relato. Casi podía perderme entre la neblina de humo.
Un beso!

magofez disse...

¿Te había dicho alguna vez qué escribes exageradamente bien? Pues eso, que escribes exageradamente bien.

Me ha encantado, los cigarrillos como final de cualquier relato tienen ese halo de rebeldía espectacular.

besiños!

Anônimo disse...

jove, no me negarás que te encantan las rubias...eh? jajaja
bjs!

Anônimo disse...

si, ivan, me imagino pelis en b/n y es que no puedo parar. gracias por seguir pasándote. ;)
besos!

Anônimo disse...

tu y yo sabemos lo pernicioso de los cigarrillos, wilde, no podemos evitarlo, eh?
beijinhos!

Jove Kovic disse...

Y las leonesas;-)*

Anônimo disse...

Bien por el detalle de ponerle un vestido negro -de encaje- a ella, fantástica interacción, pero no es eso, no es eso...
Se trata de saber si eres capaz de imaginarte que el personaje que da tumbos, el desesperado, el que bebe, el que está colgao, el héroe en negativo, etc., es una mujer.
¿eres capaz? ¿y de retratarla?
No permitas que nadie te ponga el nivel, hazlo tú.
Un beso

Anônimo disse...

Raquel siento que esta sea la manera de ponerme en contacto contigo, pero perdi tu direccion de mail del hotmail, asi que porfa mandame un mail a tresechado@gmail.com cuando leas esto obrigado!

El pasaoo de practicas de cirugia!

PD: notese que mi direccion no es la misma que la anterior!! un beso!

rakel disse...

ok, tuti, tomo nota, a ver que asoma.
tengo ganas de verte, un beso!

rakel disse...

bueno, ahi te va, anónimo:
rasores@hotmail.com
espero verte el viernes, no me faltes!