segunda-feira, 27 de agosto de 2007

¿duda?


Iba yo a comprar el pan, cuando me asaltó la duda, una duda de esas que pican como el alcohol en las heridas, y tuve que pararme a pensar. Porque la intranquilidad se adueña de mi calma matutina, se encienden mis pilotos, me disperso en las divagaciones, y no puedo pensar en nada más. Pero sin embargo, con una respuesta, una simple aclaración, el desasosiego se esfuma, y mis miedos, mis inseguridades, evaporadas, desaparecen.
Lo he comprendido, lo asumo, las dudas me inquietan, descubren mi frágil talón, y me hacen vulnerable a las inclemencias del día y su tortuosidad. No soporto la inexactitud, la vacilación, la falta de respuestas a la falta de serenidad.
Y en este momento, en que me sucede lo dicho, me detengo, mirando al infinito, esperando que las musas acudan en mi auxilio, y algo aclare la niebla que ciega mi mente en ese mar de interrogantes. Pero no llegan, no hay claridad, no encuentro el camino a la tranquilidad. Así que me vuelvo a casa, me doy media vuelta, desde ese mismo punto en el que me detuve, y regreso en busca de aquello que me falta, y casi con dependencia, como si me faltase la dosis de algo a lo que se tiene adicción, revuelvo todo a mi paso. Y lo encuentro, lo que tanta necesidad me crea, y en lo que tampoco hallo la respuesta a mi absurda duda.
Por supuesto que no. No me ha llamado nadie, ni un simple mensaje, nada aparece en la pantallita de aquel estúpido aparatito sin el que no puedo desplazarme ni unos metros, ni unos segundos, esperando esa llamada que no va a llegar, porque pensándolo fríamente, no tuvimos ocasión de intercambiar nuestros números.
(ilustración tomada de: http://javiervazquez.blogia.com)

5 comentários:

Anônimo disse...

Lo siento, si te puedo ayudar en algo, ya lo sabes. Un abrazo y un gran bico.

rakel disse...

gracias por tu apoyo, pero solo es un cuentecillo, no hay porque sentirlo, creo. jajaja
me encanta prestar cosas, ponte mis zapatos cuanto quieras, jajaja

beijinhos!

Jove Kovic disse...

Interesante oferta para un fetichista jajajaja!!
Beijinhos!!

Javier Menéndez Llamazares disse...

jejeje
Muy buen cuento; es como lo del chiste del que quiere ganar la lotería pero no compra el décimo.
Saludos.

Iván disse...

Vas acortando la longitud de las historias. Pero no la genialidad de las mismas. Es una sequía extraña, ¿no? :D
Parece que llueve torrencialmente... O se espantan las nubes.
Algo trágicas últimamente. Se nota que no pasas por muy buenos momentos. Si necesitas un abrazo virtual ya sabes donde encontrarme.
Un saludo!