Nunca fuy a una de esas reuniones para solteros-as, en las que se conoce a un pullado de gente en la misma situación de aburrimiento que tu. Supongo que efectivamente el aburrimiento me llevo a este punto en que me cansé de ir a todas partes en solitario, de hablar con extraños en los más insolitos lugares(por ejemplo en el gimnasio, al que me apunte para conocer a alguien, cosa que nunca sucedio), de incluirse en conversaciones ajenas(en el trabajo o en la cola del supermercado), de "hablar" unicamente por internet en los foros(quien dice foros, dice chats, mesengers, y páginas por el estilo). Por cierto que en internet se conoce a gente muy curiosa, gente por decirlo de alguna forma, porque en realidad no es gente, no se conoce y tampoco se puede llamar hablar a eso. Solo se lee en la pantalla lo que alguien escribe desde el otro lado, algo que seguramente no sea cierto, que puede escribir cualquiera y que incluso a mi edad me sorprende con mas frecuencia de la que cabría esperar.
En fin, que en un punto de la vida, si no tienes pareja, estas en un entorno que no es el tuyo, o en una ciudad extraña, o tienes una edad(digamos taitantos...), o eres el nuevo en el barrio, o todo a la vez, no tienes muchas opciones. Después de mucho tiempo de relación, sentimental, se entiene, y has dejado de tenerla, te mudas a otra cuidad, a un trabajo diferente, y los amigos comunes, y sus parejas, ya no son lo que decian, o son lo que parecen, estas en la más absoluta soledad social. Si, mi vida social era realmente lamentable, por no admitir que ficticia(por aquello de la virtualidad de La Red).
La cita en cuestión era en un café tranquilo, un poco de música ambiental, y un grupo de maduritos-as, algunos más habituales y otros como yo, más novatos. Yo descubrí el evento en un folleto pegado en un tablón anuncios.
Al llegar sentía un profundo ridiculo. Esto parece que solo lo hacen gentes desesperadas, como en las películas, o frikis, o cualquiera que no fuese yo y mi asquerosa historia de fracasos sociales. Eso es lo bueno de la red, el anonimato que te da, cuando piensas que en realidad nadie está viendo tu geta ansiosa por encontrar algo de compañía. Pero eso es precisamente de lo que me cansé, del anonimato, de la falsa compañía, de mi. cada día llego a casa y me siento enfrente del ordenador, me fumo unos cigarros, me bebo una cerveza y tecleo. No voy al cine porque siempre he dicho que no se puede solo al cine, ni salgo a tomarme las cerveza por ahi, porque supongo que no cabe beber solo en un bar, no salgo a cenar por lo mismo...una auténtica pesadilla.
Me siento cerca del grupo, relajadamente,y se acercan algunas personas, se sientan conmigo, me preguntan mi nombre, me dicen los suyo y comienzan una convesación sin estusiasmo pero amablemente. Me cuentan a que se dedican y lo que suelen hacer alli, supongo que porque saben que es mi primera vez. Los demás hacen lo mismo, todos en pequeños grupos, hablando y tomando cafe. Me relajo, escucho a aquellos extraños y me olvido de mi, por lo menos un rato en cada conversación. Algunos retoman conversaciones pendienes, cuentan anecdotas, hablan de sus ex-relaciones, sus ex-trabajos, sus ex-vidas. Esas personas han pasado por lo mismo que yo, por cosas peores, han sentido mi soledad, mi apatía, tienen absurdas manías que se han acentuado con la edad, como las mías, se han vuelto más exigentes con los demás y han decidido continuar solos el camino. Y ahora yo me siento menos original en mis penas, no siento tan grandes mis calamidades, ni me noto tan lleno de mi como al llegar. Han sido solo unas horas, he escuchado apenas a cinco personas que han querido contarme sus cosas, me he olvidado de mi vida y me ha gustado. Me he sentido tan soberbio, tan cínico, tan egocéntrico y tan viejo, como nunca.
Me voy a casa pensando en la siguiente cita, tal vez una marcha por la sierra, reflexionando sobre los fallos de mi convivencia. Escuchando los puntos de vista de un hombre y una mujer se diferencia las necesidades de ambos y se comprende lo que uno no ha sabido darle a alguien con quien compartías tu vida. Supongo que en mi vida no encontré el momento de sentarme a pensarlo. Después de tanto tiempo, no pretendia hacer autocrítica de mi, solo quería un poco de conversación, distraer mi egocentrismo, olvidarme de mi. Me siento como esas parejas aburrida el uno del otro, que comienzan a buscar a otras parejas para hacer cosas con más gente, yo siempre pense que tal vez porque no tienen nada nuevo que contarse, pero quiza lo que suceda es que es sano compartir la cotidianidad con extraños o con cercanos.
No quiero decir que aclarase mis ideas, pero ahora desearia tomar ese cafe en un bar, yo solo, pensando, y llegar a casa y tal vez hacer esa llamada que me queda pendiente de un dia para otro.
quarta-feira, 23 de maio de 2007
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